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TATAU

” … Cada acción relacionada con el tatuaje era una oración. Es una oración. La recolección de materiales y el acto del tatuaje en sí mismo, que yo comparo como una forma de escritura. Los maestros tatuadores son, en cierto sentido, los mediadores de Dios en la tierra. Escribiendo la verdad de Dios, aquella que se encuentra en la estrella de mar, en el ciempiés, la canoa, el zorro volador, todos los símbolos del tatuaje, los elementos de la naturaleza y del universo están cartografiados en la memoria, cartografiados en los muslos de nuestras jóvenes mujeres y en las nalgas de nuestros hombres. Esta es nuestra oración. Una oración que llevamos con nosotros. Siempre. Es un prodigio que el tatuaje de una mujer sea el malu. Malu significa proteger. Refugiarse. Fa’amalu. Como un paraguas. Un paraguas de alofa, de amor, manchado con un poco de sangre. Un poco de dolor. Pero es alofa lo que cuenta. El tatuaje es la expresión máxima de alofa, de amor. Una oración que no solo es interpretada por aquel que lleva el tatuaje si no, también, una oración para toda la ‘aiga, la familia entera, la aldea, el distrito, el país. Esto es lo que yo creo que es un tatuador. Es la única posesión que tengo. El único presente con el que obsequiarnos el uno al otro… “

 

 

 

They who do not Grieve
Sia Figiel

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